En Matriarca somos felices y lo que nos visitan salen más que felices …
Para muchos el año 2020 fue un año que quisieran borrar de sus calendarios, para la familia Matriarca hoy vemos este año como un año que estuvo lleno de oportunidades:
- Aprendimos, a la fuerza, a hacer domicilios .. Pero aprendimos, como decían las abuelas “a la verraca”
- Nos resistimos a pagar los sueños, les pusimos más intensión y mantuvimos nuestras puertas abierta en el Poblado en Medellín y en Altos del Prado en Barranquilla.
- Cada que escuchábamos “Extraño estar en su casona” se nos aguaban los ojos
- Cambiamos las vajillas del Carmen de Viboral, por desechables, pero les pusimos tanta curia que buscamos los más.
- Y como muchachos de 15 volvimos a sentir mariposas en el estómago, cuando en septiembre volvimos a abrir nuestras puertas.
- El chicharrón nuestro rey, intentó ser imitado, pero no igualado
- Nuestras puertas se cerraron de manera temporal, pero tocamos muchas de las puertas de nuestros clientes.
- Parar fue dar alegría a un grupo de ancianos, que dieron un mejor uso a nuestros insumos
- Muchas personas nos conocieron ... Y eso es invaluable
Por eso este año que pasó aprendimos más de la importancia de la paciencia y vemos este 2021 como otro reto para vivir al máximo